A la vuelta del verano se ha producido un aluvión de noticias relativas al nuevo fin del ajuste del mercado inmobiliario, con supuestos nuevos crecimientos, alza de los precios y un rosario de noticias interesadas de las que algunos medios de comunicación han dado amplia cobertura. Se trata de noticias que se aprovechan de la disparidad de cifras estadísticas divergentes que se ofrecen, y que no analizan en profundidad el alcance de las mismas.
Tienen que venir desde fuera a ponernos los pies en el suelo y sacarnos un poco los colores. La agencia Moody’s lo ha hecho esta semana. Y viene a decir que los signos de mejora que atraviesa la economía española no se traducirán en un aumento de los precios de la vivienda.
Además, insiste en que el ajuste seguirá como poco en 2015, con ritmos de caída de los precios de la vivienda más ralentizados, para dejar entrever que se mantendrán planos para dar paso a una estabilización.
Como consecuencia de ello, el crecimiento poco probable en la demanda de vivienda impedirá una rápida eliminación del excedente inmobiliario. Y lo más importante, que la demanda de vivienda seguirá siendo débil en los próximos años debido a una disminución de la población y a la extremadamente alta tasa de desempleo.
No obstante, Moody's espera mejoras ocasionales en el mercado de la vivienda, movimientos que si bien serán temporales y diferentes según las diferentes regiones. Con todo ello, la duración del ajuste de los precios de la vivienda dependerá de cómo evolucione la economía en los próximos años.
De acuerdo con la última estadística del Instituto Nacional de Estadística (INE), la población en España se reducirá en un 35% en el tramo de edad comprendido entre los 25-35 años de edad a un horizonte temporal de 10 años, precisamente la franja de edad en la que se concentra la mayor demanda de primera residencia.
Como resultado, el número de nuevos hogares también continuará su tendencia de caídas, a lo que se añade un menor ingreso promedio de los hogares, lo que lastrará la demanda futura de vivienda. Así, el enorme stock de viviendas existente seguirá siendo absorbido muy lentamente, por lo que Moody's no espera que esta tendencia cambie en el corto plazo.
Tras triplicarse en cuatro años (2005-2009), el parque de vivienda nueva sólo ha disminuido en un 13,2% en los últimos cuatro años y sólo un 3,3% entre 2012 y 2013 a pesar de niveles históricamente bajos de nuevas promociones.